domingo, 27 de junio de 2010

Me soy fiel, me soy infiel (III)


Cuesta salir de la anestesia.  
Uno de los síntomas de estar anestesiado, es que pensaba que todo lo que me ocurría era por culpa de los demás. Recuerdo que cuando las amantes me dijeron que estaban embarazadas, lo único que se me ocurrió decir es que ¿porque no habían tomado anticonceptivos? ¿por que no se habían cuidado? y las recriminaba que fueran tan irresponsables, que se hubiesen descuidado de esa manera, me parecía intolerable. Con esta actitud las echaba la culpa de todo y yo quedaba libre, anestesiado y por supuesto cargado de razones, con la equivocada idea de que había sido víctima de nuevo de sus garras y manipulaciones. Sin darme cuenta que el único responsable de mi mismo era yo. En aquellas situaciones, siempre me colocaba de víctima de las mujeres, sentía que se aprovechaban "pobre de mi", "me engañan", "otra vez  han vuelto a engañarme" "me siento utilizado" "las mujeres me utilizan" "siempre están engañando a los hombres" "me manipulan" "Las mujeres manipulan a los hombres" Estas frases y otras muy parecidas, propias de mi inconsciencia, eran las que repetía constantemente cada vez que me metía en un lío y eso era bastante corriente en mi, estos se sucedían uno detrás de otro. 
En ese momento estaba anestesiado. La realidad tal y como la ven las personas que se sienten a si mismas y son coherentes en su vida y responsables yo no la veía, estaba totalmente ciego, dormido, a espaldas de la vida.  
Ahora se que la vida es maravillosa, libre, comprometida y valoro a las personas. Gracias a Dios me libre de coger alguna enfermedad. Esto si es un milagro. El día que me comprometí conmigo mismo a buscar soluciones, inmediatamente, me di cuenta que las casas que iba alquilando cada vez eran mas frías, siempre pensando que era para una temporada corta, me estaba engañando a mi mismo una y otra vez, infiel, infiel a mi mismo una y otra vez. Ese día me di cuenta por primera vez, de todo lo que había tenido y había perdido. Muchos amigos a los que había mentido en muchas ocasiones dejaron de estar, simplemente dejaron de estar, los conocidos tampoco me aportaban nada, pues de nada hablaba con ellos excepto del fútbol, política, trabajo, juergas, cervezas y vinos. A ellos también los mentía siempre que tenia ocasión. Mentía hasta en las cosas mas insignificantes, a todo el mundo y a todas horas. 
Con el tiempo y después de mucho profundizar en las causas de todo este comportamiento, pude mirar y ver, con las constelaciones, con talleres, cursos, libros y mucho trabajo personal. Todo lo que me decían los terapeutas lo hacia en casa al principio no sabia muy bien para que servia, sin embargo tenia tantas ganas de vivir que con fe hacia todos los ejercicios mentales, oraciones y meditaciones, hasta que todo fue encontrando su lugar, poco a poco fueron apareciendo las buenas situaciones, regresaron los buenos amigos, las relaciones comenzaron a fluir desde el corazón, con mi familia, sobre todo con mi padre. Yo amo a mis padres por igual, pero yo soy hombre como mi padre y su fuerza la recibo, soy hombre como mis abuelos y su fuerza la recibo, soy hombre como mis bisabuelos y su fuerza la recibo. Recibo la fuerza de todos los hombres de mi familia que estuvieron antes que yo. 
Esto me ha ayudado mucho. Todo fue cambiando a mejor, con mas luz. Ahora me siento libre para amar, libre para decir lo que siento sin mentiras, libre para compartir, libre para comprometerme con lo que quiero, libre para escoger lo que me gusta aunque no le guste a nadie mas, libre para decir y hacer desde el corazón. ME SIENTO LIBRE.  Recuerdo que cuando estaba en los efectos de la anestesia, había un factor de mi vida que era fundamental y es que quería que todo el mundo pensara de mi cosas buenas, en eso empleaba mucho tiempo, en aquella época era inconsciente y todo lo hacia de cara a la galería, todo era un teatro, una mentira.
Todo el mundo lo sabia, pero yo creía  que para todo el mundo yo era bueno (me di cuenta que la gente simplemente es educada y que solo los buenos amigos dicen las cosas claras y a la cara, para hacerme bien, a los demás les importo un comino). Solo mi familia me daba consejos (mujer, padre, madre, hermanos, amigos íntimos), hasta que también se cansaron. Las personas que encontramos cuando estamos anestesiados no nos dicen nada, simplemente por que no les interesamos.
Recuerdo que algunos amigos íntimos que tenia me decían las cosas claras y a la cara, (solo ellos y mi mujer se mantuvieron fieles a ellos mismos), a estos no les llamaba, pues me dolía oír lo que me decían, en vez de madurar yo prefería seguir con mi anestesia, dormido. Ahora se que ellos eran de verdad fieles  así mismos, así como todos los que en aquella época intentaron ayudarme.
Hoy soy libre Gracias a Dios. 

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