martes, 15 de junio de 2010

Soy absolutamente responsable.



Soy absolutamente responsable de todo lo que acontece en mi vida, de cada detalle, de cada circunstancia, de cada persona con la que me relaciono y en el nivel en el que me relaciono (desde donde me relaciono) de cada movimiento, de cada pensamiento, de cada causa y de cada efecto. SOY RESPONSABLE, pues siempre tengo la opción de decidir, escoger, escucharme, de pedir al Espíritu Santo que se muestre la respuesta, de coger la mano de Jesús y dejarme acompañar y guiar (no es fácil, tampoco difícil), por eso sigo, " Un curso de milagros", asisto a todos los talleres que tratan sobre mirar y ver "mirada sistémica" "constelaciones familiares" (que tratan de, "Sistemas Familiares", para aquellos que aun no estáis familiarizados con el vocabulario de esta herramienta, donde se muestra el alma).
Sigo llorando, llorando y también riendo, riendo, gracias a Dios puedo hacerlo, me lo permito y lo comparto.
Lo maravilloso de las travesías conscientes por el desierto y los viajes en compañía de elefantes es que la consciencia se acrecienta, las resistencias se flexibilizan y me siento cada día un poco mas blandita en todos los sentidos, un poco, un poquito, mi mirada es para ver, sinceramente quiero ver y quiero mirar todo aquello que en mucho tiempo lo cerré en el armario y escondí la llave de tal forma que se me olvido el lugar. Ahora poco a poco, una vez encontrada la llave y abierto el armario, lo que encuentro son muchas capitas de polvo, objetos y cosas que en su tiempo fueron importantes, pensamientos que he dejado de tener, sentimientos que he dejado de sentir, hechos que olvide, circunstancia que enterré en los cajones. Todo fue importante en cada momento.
De todas formas no tiro nada, mi armario poco a poco lo voy,,,,,,limpiando,ordenando, recordando, incluyendo, aceptando, mirando y viendo.
Aunque mi cambio ha sido de 180 grados, en este transcurso de 9 años ¡y lo que me queda! digo, afirmo que soy afortunada, con todo y confieso que cuando estoy en mis momentos bajos es porque me desconecto de lo esencial de lo fundamental.
"El amor de Dios es mi sustento"
Un abrazo, desde el corazón, en el Espíritu Santo de la mano de Jesús



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